Un campesino de  estos tiempos.

Juan Naranjo Leliebre, es pichón de campesino como se le dice a los hijos de aquellos que han nacido  y crecido  junto al surco.

Su familia vivía en lo más intrincado de la Sierra Maestra en” Manacal”, al norte de Chivirico, en el municipio santiaguero de Guamá.

Cuenta con una caballería de tierra, que para un solo hombre es demasiado, pero tiene un secreto en su actuación que resuelve su postura en la vida.

“’Donde hay disciplina, lo poco es mucho’’ y ha ido creando una fuerza de ayuda con el tiempo  que le permite controlar todas las tarea de siembra, cosecha y limpia de las áreas de plátano en sus diverjas variedades, yuca, calabaza y otros cultivos varios.

El da a cada hombre un área que debe atender como si fuera suya y mantenerla en forma en todos los sentidos y exige trabajo, porque cada persona al final recibe igualitariamente a los demás algo para llevar a casa y no poco, porque su dicho se hace realidad, “donde hay disciplina, lo poco es mucho’”, y así reparte a todos, “para que la familia siempre tenga algo que comer y cada hombre lleva bastante, porque el que trabaja, debe comer”, dice este campesino que educa y ensena, ya que donde hay exigencia se trabaja y los resultados le permiten entregar variados productos al Hotel Brizas Sierra Mar, escuelas, policlínicos y a diversas estructuras, porque siempre tiene algo para aportar.

Hombres como él impulsan el trabajo educativo en quien llegue allí buscando salir adelante, como muchos, pero con la condición de que el sacrificio es el mejor abono para una buena cosecha, y recibir luego un poco, de los buenos resultados.

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