Una marcha por la vida.

El proceso de intervención sanitaria que tiene lugar en el municipio costero y montañoso de Guamá es una marcha que va a todo tren incluyendo en la población que reside en todo el firme de la Sierra Maestra por el esmerado trabajo de los factores que participan con elevada conciencia de lo que representa esta humana tarea.

La joven enfermera Claudia Elizabeth Acosta Espinosa, quien trabaja en el reparto “Flores” en Chivirico,  refiere su experiencia personal cuando expresa: “Nos sentimos muy contentos del trabajo que estamos haciendo. La comunidad ha apoyado mucho, los presidente de los  CDR (Comités de Defensa de la Revolución), el delegado del Poder Popular, el gobierno,  los vecinos y en general toda la población”.

La participación activa de los factores que intervienen en esta intervención sanitaria ha hecho posible que la misma se haga con calidad y un alto reconocimiento social, de un pueblo que esperaba con ansias este logro de la ciencia cubana, y en retribución colabora solitariamente con el personal médico y de apoyo, que  ya prepara las condiciones para efectuar este fin de semana la vacunación de los niños que cursan desde el sexto hasta onceno grado.

“Yo he crecido aquí y siento orgullo de poder vacunar a mi madre, mi abuela, y a toda esa gente que me vio crecer y convertirme en enfermera, y que ahora, en un momento especial del mundo puedo prepararlos para salvarle la vida”

Claudia, como todos le conocen en el barrio conocido como “La gasolina” se destaca por su ternura con los pacientes, que la consienten como una niña grande, pero que ahora se ha convertido en una mujer del sector de la salud, con un alto grado de responsabilidad y conciencia de que en esta Intervención Sanitaria, está en juego la salvación de todo su pueblo.

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