Cercano al 8 de Marzo Día Internacional de la mujer, aprender nuevas técnicas que permitan aumentar la independencia de la mujer campesina, hoy se impulsa en Guamá como beneficios para que esta sea dueña del dinero que obtiene resultado de su trabajo, la tierra y sus animales y sobre todo, ganado con sus propias manos. Ese es el orgullo y la emoción de quienes ocupan cada día mayor espacio en la producción de alimentos como demostración de su empoderamiento.
Ibis Moreno de la Paz, Secretaria General de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) durante un taller realizado recientemente con la participación de federadas fundadoras de la organización y noveles muchachas, narró la historia del Plan Ana Betancourt, uno de los primeros pasos para lograr el empoderamiento de la mujer dado por la Revolución e ideado por Fidel, Celia Sánchez y Vilma Espin, para las jóvenes campesinas de la Sierra Maestra , además de los conocimientos técnicos adquiridos y del rico intercambio de experiencias del que se beneficiaron las participantes, el objetivo final de los cursos fue que todo lo aprendido posibilitara a estas muchachas fortalecer sus capacidades para alcanzar una mayor autonomía económica, física y para la toma de decisiones, un elementos clave para su empoderamiento. Se buscó enseñarle a conocer nuevas experiencias que después deberían compartir con sus compañeros de la cooperativa y lograr mayores rendimientos y producciones para la alimentación de la propia familia.
“Algunos de los hechos que se recuerdan hoy de aquella batalla por integrar la mujer a la sociedad y hacerla más libre de las ataduras de la vieja sociedad marginal, machista y discriminatoria es cuando Fidel iba al Plan Ana Betancourt, las campesinas lo veían y conversaban con él. Preguntaba, el horario de clases para no visitar en tiempo no adecuado, porque se desorganizan las aulas, se paralizan las clases. Preguntaba a las jóvenes guajiras a qué hora querían que el fuera porque deseaba intercambiar y conocer, como siempre fue su preocupación por la juventud. A la hora en que iba las campesinas salían y lo veían, le contaban algo y él las escuchaba con interés y deseo de saber de ellas.”Así les narró Ibis, aquella bella historia.
Ese contacto de las mujeres de experiencia con el futuro en este municipio serrano y santiaguero de Guamá expone la bases de y la historia de miles de mujeres guamenses que hoy peinan canas y que fueron parte de ese Plan Ana Betancourt y que sembraron el Guamá que hoy existe.
Una vez graduadas las campesinas de aquel hermoso programa, miles de ellas regresaron a sus casas con una máquina de coser y dos compromisos: hacer un vestido para las mamás y enseñar a 10 campesinas más. Sabían pintar, bordar, cantar, muchas cosas y ya estaban mejor preparadas para la vida campesina. Un paso para empoderarlas.