“Para rendir tributo, ninguna voz es débil; para ensalzar a la patria entre hombres fuertes y leales, son oportunos todos los momentos”
Esa propia frase del apóstol de la independencia de Cuba: José Martí, sirve para resaltar los valores del hombre universal que fue, que serán expuestos y elevados a la historia y las nuevas generaciones, en matutinos, conferencias, conversatorios, actos y disimiles actividades en escuelas, instituciones y centros de trabajos, cooperativas o unidades militares y órganos del Ministerio del Interior (MININT).
Rendirle tributo a Martí, siempre, aunque de minúscula manera, es un deber. En su inconmensurable humildad, nunca imaginó que las luces que regaba sobre otros, fueran las mismas que iluminarían su figura, en esta jornada de luz hoy 19 de mayo, a 130 años de su caída de cara al sol, en el santiaguero municipio de Guamá y toda Cuba.
El 19 de mayo de 1895 con la caída en combate, Martí ascendió a la inmortalidad. Desde entonces, en Cuba quedó sembrada la semilla más fecunda del árbol sagrado, del más fuerte y frondoso multiplicador de ideas, amor, visión y patria. “La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida; truécase en polvo el cráneo pensador; pero viven perpetuamente y fructifican los pensamientos que en él se elaboraron”. Así dejó plasmado un día y parecía anticipar para sí mismo, el más grande de todos los cubanos esa frase en la que nos legó, lo que por él, deberíamos hacer, un día como este.
Orador, poeta, periodista, diplomático, maestro, traductor, político, crítico de arte, editor, dibujante, hermano, amigo, hijo, padre, patriota, estratega, líder y mucho más, fue el hombre que debemos amar y adorar porque los hombres justos como Martí, merecen el homenaje que hoy Cuba y América, le profesa, el que llamó desde el sur del Río bravo hasta la Patagonia Nuestra América, a todas estas tierra que el siempre reconoció como tierra de indios, con hombres nuevos pobladas.
Sus ideas, este 19 de mayo deberán recordase, pero a modo de hombre vivo, en cada pionero y cada joven y revolucionario hijo de Fidel, que debemos recordar con gratitud, por habernos marcado el camino de la liberad, que debemos venerar con el trabajo, la obra y el deber cumplido.