Honor a quien honor merece

Hace 99 años, el 13 de Agosto de 1926,  Fidel Castro Ruz, nació para la historia y quedó en el corazón del mundo, no solo de los cubanos.

Quizás, y  estoy seguro,  jamás un líder de estado,  ha sido amado y llorado tanto como él, y más aún, por millones de personas en todo el planeta.

¿Sabes por qué?

Porque siempre acompañará a los justos del universo, un hombre universal,  que dignifica la lucha de los pueblos por el bien de la humanidad, los ideales del hombre, la salvación de la naturaleza donde vivimos, y la igualdad de los seres humanos, como digna forma de lograr el humanismo, en su mayor esplendor.

Es el Comandante en Jefe, un hombre de luz galáctica que llega a los rincones más oscuros del planeta, como él mismo dijera en una ocasión, y con la obra de los cubanos.

Como nadie, junto a su pueblo,  enfrentó y resistió al mayor enemigo de planeta, ese que se empeña en que no avancemos y utiliza sus esclavos mercenarios, a muchos flojos o traidores, para intentar desestabilizar al país aprovechando la difícil situación económica, pero su extremo poder de optimismo y capacidad para seguir adelante nos alienta y seguimos  hoy enfrentando las dificultades.

La batalla perenne contra la injusticia y por la libertad, la valentía, la defensa de los principios, y la dignidad, la búsqueda eterna de la igualdad para todos, el humanismo y el odio acérrimo a las guerras y la opresión, son legados de Fidel.

En los momentos actuales, la resistencia ante los problemas, en especial los provocados por el bloqueo norteamericano, la creatividad ante la escasez y las dificultades, la utilidad de la ciencia y la tecnología para el desarrollo socioeconómico y científico de la nación, y la unidad como requisito principal para alcanzar la victoria en cada tarea, y hasta en la defensa de la patria, nos brindó siempre confianza y seguridad de la victoria.

Seguir su obra es una obligación moral de todos los revolucionarios cubanos y de los pueblos que luchan, hacerlo mejor, un compromiso,  y legarle  a las nuevas generaciones una Cuba Socialista, eternamente libre y desarrollada, es una obligación histórica de los hijos de esta tierra.

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