Imágenes de suelos cubiertos de mangos se hacen repetitivas en diversas zonas de este santiaguero municipio de Guamá como muestra de que se está en estos momentos en el pico de maduración de esta exquisita fruta, si se compara con otras, ésta es muy superior pues la naturaleza ha favorecido altos niveles de producción.
Teniendo en cuenta que en el territorio no existen suficientes industrias procesadoras para la elaboración de conservas y mermeladas, se acuden a variantes artesanales, en la medida de las posibilidades de los tenedores de estos patios, se le da cocción en casas, se extrae la pulpa, sus jugos espesos y se conservan para su consumo posterior.
Ante esta explosión en la maduración del mango, satisfizo escuchar la sabia decisión de abrir puntos de acopio de esta fruta en diversas localidades, donde los productores acuden con sus propios medios de transporte y los venden al Estado a precios que les permiten ingresar dividendos económicos y a su vez se comercializa con industrias de otros municipios, por tanto hay que aprovechar esta bondad de la naturaleza.