La actividad higiénica sanitaria hoy en día, cobra vida en el municipio santiaguero de Guamá, puesto que la temporada lluviosa amerita la adopción de medidas extremas en la actividad preventiva, por el peligro de la aparición de enfermedades y epidemias, teniendo en cuenta el deterioro ambiental y las ocasionales lluvias que se suceden en el territorio.
En medio de esta necesidad, la prevención de los daños que puedan ocasionar los vectores, y el enfrentamiento a la presencia de estos, es una de las tareas que con mayor rigor desarrolla el colectivo de Higiene y Epidemiología del territorio, principalmente los trabajadores de la Campaña Antivectorial.
Actualmente, junto a la actividad de la realización de pesquisas en cada barrio, y el autofocal como acción familiar que cada siete días se desarrolla en cada vivienda, se efectúa la aplicación de productos adecuados al agua que se consume, la higienización de los envases de agua, la limpieza de estanques, desagües y se labora en la fumigación de cada vivienda.
Esta actividad de la fumigación, según Tomás González Dinza operario con 22 años de experiencia: “Ya está en una fase en que prácticamente no hay ni mosquitos, pues nos hemos atrincherado para eliminar los vectores, y ha sido tan fructífero el trabajo y la disciplina de la población, que la batalla esta bien adelantada.”
Lo anterior provoca confianza en ese colectivo, que hasta los fines de semana trabaja con tesón en la comunidad, y sobre todo con unidad para enfrentar los problemas que puedan surgir, principalmente cuando alguna persona se encuentra fuera de su casa y no se puede acceder a su patio a fumigar, y ante esas particularidades se busca la solución, con rapidez y la participación de todos los factores.
Sin duda alguna, en Guamá, un territorio con muchas áreas de riesgos por poseer fronteras con 7 municipios hermanos y extensas zonas montañosas, los vectores reciben un enfrentamiento sistemático, puesto que de ello depende el bienestar y salud de la población.