La agresividad del salitre que emiten las olas del mar cuando uno transita desde Chivirico hasta la zona de El Macío en este municipio santiaguero de Guamá, esta última limítrofe con la provincia Granma es una de las razones fundamentales por el rápido deterioro que experimentan los vehículos que acostumbran usar ese tramo vial para llegar a poblados como La Plata, La Magdalena, El Macho y el propio Macío.
Para estos días vemos con mucho empeño y dedicación cómo el chofer que atiende esa ruta emprende acciones de acondicionamiento de el cajón o cabina para pasajero extraído de un ómnibus en desuso y sustituyen el que ya no «daba más» dado que las columnas o estructuras que sujetaban la cubierta se habían corroído completamente.
Plantea Alexis Revilla Sarmiento, que aunque existen serias limitaciones en el taller, no disponen de los gases suficientes para asumir con toda la eficiencia la chapistería del objetivo de trabajo, ellos buscan alternativas con tornillos y otros elementos de sujeción para poner en el menor tiempo posible el alta de este ómnibus tipo Kamaz que, dado su alto nivel de resistencia para su explotación, es el que más puede soportar las irregularidades del terreno en varios tramos de esa vía al extremo oeste este territorio bordeando todas las pendientes montañosas que concluyen a orillas del mar.
En esta labor de mejorar las condiciones de este transporte de pasajeros que cubre la ruta Chivirico-El Macío, cabe señalar la actitud solidaria de El Chofer Erodín Peña Aguilera, quien muy entregado a la tarea también contribuye a restablecer este equipo.
En tiempos difíciles y complejos como los que corren, se impone la actitud de consagración por quienes desafían las carencias que impone el bloqueo económico y financiero de los Estados Unidos a Cuba, unas de las razones fundamentales por la cual el pueblo de Cuba sufre penurias.