El hombre vive en mundo de guerras, exterminio de razas y especies y un daño terrible a los ecosistemas. Cada pueblo o barrio, es un planeta pequeño donde según sus habitantes cuiden el entorno, así será la seguridad y el futuro de las nuevas generaciones.
Guamá, municipio costero con 157km de largo, la franja más montañosa de de Cuba: la Sierra Maestra que la atraviesa como una espina dorsal de lado a lado, también cuenta con 32 ríos y 22 arroyos, una gran boscosidad, maderas preciosas y animales exóticos, que forman un espacio necesario de proteger.
Para esa tarea sobresale entre las demás, El Cuerpo de Guardabosques dirigido por más de 30 años por Elizabet del Toro.
Un grupo de hombres curtidos en el trabajo de las montañas, la extinción de los incendios forestales ocasionados por el viento y las descargas eléctricas, y dueño de un conocimiento profundo de su trabajo, la gente que habita, sus especies ,y como han de hacerse las cosas.
Esta guerrilla conoce cada palmo de tierra de las montañas de este municipio santiaguero de Guamá, que tiene frontera con 7 municipios hermanos, todos por la parte montañosa en su generalidad.
El año 2019 según Luis Mario López Salcedo guardabosques de sobrada experiencia: “ha sido de mucho trabajo y resultados en la tarea vida como plan de estado para minimizar o enfrentar los cambios climáticos, incluso para lograr su adaptación, porque tenemos que lograr que los procesos inversionistas se acomoden a los nuevos cambios climáticos. A los ecosistemas de manglares como primera formación boscosa que están en contacto directo con el mar, nosotros les hemos dado una protección especial.
Se han realizados radios debates, intervenciones radiales, charlas, conversatorios y vemos un alza en las tareas que al afecto se desarrollan por el CITMA como rector de la “Tarea Vida”. El gobierno, sectores como educación, Planificación Física y la dependencia del Poder Popular, en función de proteger los manglares y esos ecosistemas son muy importantes.
Los manglares tienen una función de proteger los interiores de los territorios de los embates de las aguas y los vientos marinos, son hospederos de especies de peces y aves que habitan en las costas y una vía para detener una gran salinidad que afecta zonas como Guamá.”
A estas palabras de un hombre dedicado por muchos a años a cuidar la flora y la fauna del territorio, se une el privilegio de contar con las cuatro especies de mangles rojos, amarrillo, negro y el patabán que son muy protegidos.
Sin embargo el Cuerpo de guardabosques cuida un entorno más allá de las costas donde especies como los quelonios, el Carajuelo, el Pargo, los Dientes de perros, el Berraco y el Cajisote, son cuidados, junto a las aves como el Tocororo, la Gallina de Guinea, el Ruiseñor muy abundante en la parte alta de la sierra, y reptiles como el Maja de Santamaría y las Iguanas de costas, y una especie muy escasa, el Venado.
El año que termina ha presupuesto la participación de los guardabosques en las reuniones de las formas de producciones agropecuarias, el control estricto del uso del fuego y del cumplimiento de las normas existentes para su uso, además del cuidado de las especies maderables que como la Caoba, la Majagua y el Cedro, este último muy utilizado en la construcción de viviendas, son protegidos ante la actuación negativa de algunas personas.
De esta manera termina un 2019 sin incendios forestales y una disciplina sedimentada en la conciencia de todo un pueblo, que reconoce que en cada acto negativo, peligra la vida de hombre, y que cuando se cuida una especie, se esta salvando el futuro de nuestro planeta.