Lograr que cada familia de campo alcance la autosostenibilidad alimentaria es un propósito dentro de la estrategia estatal para cambiar la mentalidad de que los principales recursos en el balance dietético de los cubanos deben llegar «por la canalita» dentro del esquema de distribución que cada día se hace insostenible dada las carencias de combustible y transporte para hacerlas llegar a cada consumidor.
En gran medida esta autosostenibilidad depende en gran medida de la filosofía de vida que imperaba antes cuando el estado no asumía la responsabilidad de llevarle a la población los aseguramiento básicos y ante estas insuficiencias cada quien resultaba menos dependiente.
No pocos patios en las zonas de campo en el municipio de Guamá en la provincia de Santiago de Cuba rescatan esa voluntad productiva.
Así por ejemplo se reconoce la afirmación cuando vemos el autoconsumo alimenticio que tiene Francisca Mendoza Vargas en Uvero al disponer de módulo pecuario de aves, porcino y hasta equinos que usa estos últimos para el traslado de los alimentos desde el monte adentro con los cuáles sostiene la masa.
«Tu has visto cómo de momentos hasta los recursos cárnico escasean en las tiendas en divisas. ¨ Así comenta esta mujer que desde que nació y se crió en las fincas de El Peladero en este territorio montañoso vio en su patio todo tipo de especie de animales de campo y, apenas dependían de los aseguramientos alimenticios que provenían de las ciudades.
No existe espacio vital de tierra que no sea aprovechado. Incluso, comenzaron a sembrar a unos metros del mar el café tradicional y éste ya muestra indicadores favorables de supervivencia.
Mango, Piña, Aguacate, guanábana, plátanos, yuca, tamarindos, mamonsillos, cocos predominan como sembradío en su pequeño patio cerca del mar. Aquí todo es aprovechable. Ojalá y todas las familias de campo mantuvieran ese principio de subsistencia.
Esa es la autosostenibilidad que se persigue.