CAMINATA EN HOMENAJE A CIRO REDONDO.

Cuántas satisfacción sienten los jóvenes de las actuales generaciones de cubanos, poder conocer la historia de aquellos patriotas que aún en sus años de extremada brillantez casi en la adolescencia, decidieron incorporarse a la lucha armada para combatir un régimen dictatorial que les limitaba oportunidades para considerarse plenos y dignos en la sociedad.

En las imágenes de la actividad de homenaje a la caída en combate de Ciro Redondo Frías en Mar Verde del Turquino, se advierte la solemnidad y el regocijo de los nuevos pinos que recibieron el carné de la Unión de Jóvenes Comunistas, en el momento de recordar la gesta en el mismo lugar de los hechos donde cayera uno de los hombres más útiles de la guerrilla rebelde.

Esas tradicionales caminatas que organiza cada año la organización política que agrupa a los jóvenes en Guamá, la UJC, resultan extraordinarios momentos de compromisos que inspiran a quienes asisten a este encuentro con sus héroes y mártires de la patria.

Allá en Mar Verde del Turquino, en parajes donde aún predomina el «monte tupido», revelador de medio natural salvaje donde cayó el homenajeado, los que asisten al convite beben el agua del arroyo de la sierra, en el ascenso a estas estribaciones, deben pasar 17 veces un mismo río el cual hay que sortear porque de lo contrario, las empinadas lomas se resistirían al avance o libre tránsito hasta allí.

Rostros muy juveniles levantan con satisfacción haber recibido un carné que los acredita ser jóvenes comunistas. Ser como el Ché, como uno de los primero que cuando mataron a Ciro Redondo, exclamó con fuerza la extraordinaria baja que habían sufrido porque Ciro operaba una de las armas automáticas de mayor envergadura en la tropa y era de los primeros en la línea de combate.

Estas caminatas hermanan a los jóvenes, los anima en el empeño y firme propósito de conducirlos a formar parte de una sociedad que jamás deberá renunciar a la historia de quienes ofrendaron sus vidas para que hoy se disfrutaran los derechos de estudiar con todas las garantías de la vida.
Ciro Redondo era de la Habana y murió en el pleno corazón de la Sierra Maestra, tan sólo un jovencito que no pudo gozar sus primeros años de amoríos propios de esas edades. Hoy ellos asisten a esa analogía circunstancial de ambas épocas y sacan la conclusión que, no recordarlos es traicionar la gloria que se ha vivido con la entrega incondicional que hicieron.

Ciro Redondo García nació en Artemisa el  9 de diciembre 1931 y murió en combate en la  Sierra Maestra el  29 de noviembre de 1957,  fue un revolucionario cubano que participó de la toma de Cuartel Moncada en 1953 y del Ejército Guerrillero del Movimiento 26 de Julio.

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