“Un ejército invasor de corazones”.

Cuando el enemigo imperialista se esfuerza por destruir la Revolución cubana, las campañas ideológicas de engaño y mentiras forman parte de su arsenal, utilizando como medio, la guerra mediática.

Una de sus grandes mentiras es la alusión a que el personal de la salud cubano es violador de los derechos humanos por facilitar la creación de una “red de tráfico humano” y “esclavitud” por parte del Estado cubano.

Pero a pesar de esas campañas calumniosas para tratar  de desmoralizar nuestro sistema de la salud,  Cuba arribó al Día de la Medicina Latinoamericana, con el gran prestigio, de que esta fecha surge como homenaje al médico cubano Carlos Juan Finlay.

Esa si es una verdad, y como realidad irrefutable, en este municipio santiaguero de Guamá se desarrolló el acto municipal de celebración por la fecha.

Un ejército. ¡Sí!,  

Un ejército de batas blancas, convertido en “invasor de corazones”, que desfiló por el cabaret Náutico de Chivirico, la capital municipal de este territorio, costero y montañoso.

La actividad estuvo presidida por directivos del sector de la salud, la Unión de Jóvenes Comunistas, la Central de Trabajadores de Cuba y otras estructuras, fue un espacio para ofrecer un reconocimiento colectivo a decenas de trabajadores destacados entre los mejores.

Un momento emocionante de la jornada  fue cuando se dio lectura al  Mensaje de felicitación del Ministro de Salud Pública de Cuba José Ángel Portal a los trabajadores del sector donde expresó que  “en esta fecha histórica, llegue a todos nuestra felicitación, tanto a los que se encuentran en la primera trinchera de combate en el país, como a los miles de colaboradores que de manera honrosa brindan sus servicios en otras partes del mundo”.

Diplomas de reconocimientos, certificados, y otros estímulos, acompañaron los ramos de flores que enaltecieron el espíritu de trabajo de un colectivo integrado por médicos, especialistas, personal de enfermería, trabajadores de servicio y otros que apoyan la humana tarea de salvar vidas.

En la actividad sobresalieron la alegría, el orgullo por aquellos que ya han cumplido misiones internacionalistas y  los que aun en lejanas tierras ofrecen a mundo lo mejor del sentimiento humano de los cubanos.

En todos, como una bandera que ondeó en los corazones, estuvieron los recuerdos por el artífice mayor de la medicina en Cuba: Fidel,  quien con su espíritu emprendedor, impulsó una de las tareas más nobles, de los hombres: salvar una vida.

En todos, como una bandera que ondeó en los corazones, estuvieron los recuerdos por el artífice mayor de la medicina en Cuba: Fidel,  quien con su espíritu emprendedor, impulsó una de las tareas más nobles, de los hombres: salvar una vida.

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