Para estos días de julio, transcurre el verano, lleno de felicidad y opciones para la recreación sana en este santiaguero municipio de Guamá, haciendo una retrospectiva en el tiempo hace sesenta años, más que goce espiritual en la sociedad, sucedía en la zona montañosa de El Jigüe, la primera batalla protagonizada entre los ejércitos Rebelde y el de la tiranía batistiana. Razones más que suficientes existían para que el enfrentamiento alcanzara la categoría de batalla, en términos militares este adquiere esa clasificación cuando superan los diez días de intercambio sistemático. Se trataba del plan apara eliminar al Comandante Fidel Castro conocido como FF o “Fin de Fidel” en la Sierra Maestra.
Este 21 de julio celebrarán los guamenses los sesenta años de haber ocurrido aquella epopeya y víspera a la fecha diversos colectiva de estudiantes y trabajadores se unen para recordarla. Quienes asisten hoy al Jigüe, no escapan de la necesidad de obtener una instantánea fotográfica al lado del majestuoso panteón que tiene registrado una tarja que distingue como patrimonio nacional en Cuba. También resulta emocionante escuchar en la voz de las técnicas de la sala dentro del museo, la explicación exhaustiva de los diferentes frentes organizados por el mando del ejercito de Batista para acorralar a Fidel y su tropa pero, como dijeran entonces los ganadores, «el tiro les salió por la culata».
Tengo la satisfacción de haber asistido hace tres años al acto de recordación de la Batalla del Jigüe, la ocasión alcanza connotación porque se entregan los diplomas a aquellos organismos que cumplen sus compromisos en saludo al 26 de Julio, la fecha histórica de mayor celebridad para los cubanos. Los dirigentes destacados en la emulación, reciben el estímulo moral en un sitio de elevada significación patriótica y a la vez, resulta un compromiso para emprender acciones que permitan satisfacer cada día más los intereses del pueblo.