Recuerdo cuando en el último 26 de Julio celebrado en Camagüey, nuestro líder Raúl Castro enfatizaba en lo costoso que resultaba en algunos lugares de Cuba el acopio de la leche fresca, y las variantes que se buscaba en aras para que llegase este vital recurso alimenticio a los sectores que mas lo necesitaban.
Acá en Guamá, en la provincia Santiago de Cuba, recoger en cada unidad pecuaria, en cada punto donde existen pequeños productores independientes, implica disciplina y seriedad para que exista un aporte sistemático en lugares donde los pastos no resultan favorables y aún así, el ganado continúa tributando a las necesidades básicas.
Al entrevistar al chofer José Suárez, más conocido con el seudónimo de “Baracoa” nos comentó que ellos entran a lugares donde tan sólo se aportan cinco y hasta cuatro litros pero de que llegan, llegan. Recogen leche de cabra, de vaca y a cada una les dan un destino a sectores priorizados.
Este ejercicio diario es una cadena que no debe romperse, porque al final, siempre hay un consumidor que la espera hábido de incorporarla a su dieta priorizada.
Para estos días se nota una ligera disminución de las entregas, nos comentó muy preocupado, y máxime que han ocurrido algunos aguaceros que le han devuelto a las áreas de pastos una mejor presencia para que los animales puedan acceder a una mejor alimentación.
Así de simple, hoy les he presentado a “Baracoa”, quien él mismo es el mecánico de su carro y plantea que mientras esté en ese “carro”, ningún niño se quedará sin consumir la leche que le pertenece por la canasta básica.