En Cuba no se compran los votos.

Diosmede Charón Aranda, da fé en Chivirico de Guamá de cómo eran las elecciones antes del triunfo de la Revolución Cubana,
cuando nos narró que vivió en el Realengo 18, lugar donde los campesinos llegaron a revelarse como consecuencia a los desalojos a que eran sometidos por los gobiernos anteriores, de ahí el nombre de la película «Tierra o sangre» que reflejó muy bien aquella etapa de miseria que vivieron en ese lugar.

Charón refirió que las tierras del Realengo 18 pertenecían a la Compañía UnitedFruitCompany y ésta se arrogaba el derecho de sacar de estos suelos a cuantos campesinos sembraban cultivos alimenticios para sobrevivir. Sólo se debía sembrar caña, según ellos. El hambre se apoderaba de aquel lugar.

En tiempos de elecciones. Allívivía un señor que se llamaba Luciano Sánchez Figuera que se postulaba a Presidente y ponía unos paquines propagandísticos muy grandes para que votaran por él. Qué hacia el «tipo»?. Pues antes de los comicios daba fíao todo tipo de mercancías que comercializaba en la zona y quienes no votaran por él les negaba la posibilidad de un crédito y lo dejaba sin garantía de supervivencia.

El setenta y cinco coma noventa y dos porciento de asistencia a las urnas alcanzado por Cuba en las recién culminadas elecciones constituye otra victoria más de los cubanos. El no comprar los votos como sucede en algunas las sociedades capitalistas es una de las garantías de este éxito en el socialismo. En el testimonio que nos brindó Diosmede Charón Aranda se corrobora la afirmación.

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