Fidel Alejandro. El Conquistador.

Hace 4 años parte de nuestro corazón, se fue hacia el perenne recuerdo y los elevados sentimientos.

Dejó de latir un corazón para convertirse en el alma de millones.

Pocas veces el mundo se estremeció de tristeza, por no decir nunca antes, como aquel 25 de noviembre del 2016.

Fueron días y meses de llanto, dolor y tristeza.

Era un pueblo cuya historia está ligada al nombre de Fidel.

Es la obra de un ángel lleno de amor, ternura y esperanza para los pueblos oprimidos.

Y es que su extrema sed de justicia, independencia y búsqueda del bien, no solo para su patria, sino también para el mundo, lo llevó pelear como El Quijote, contra gigantescos molinos de vientos.

Son los molinos de la injusticia, la desigualdad y el peligro de la destrucción de la especie humana.

Son los molinos de un mundo injusto, del capitalismo y del imperialismo como su fase superior y más extrema de la pobreza, el hambre, la miseria, el desamparo, la discriminación, la muerte, pero de los más pobres, siempre en beneficio de los más poderosos.

Por eso Fidel Alejandro:  el conquistador de las causas de los pobres, decidió dejar su caballo  color blanco de la paz y del amor, para navegar nuevamente en su Yate Granma un 25 de Noviembre, pero para navegar hacia la historia y el corazón del universo, en busca afanosa de la justicia, y el bien universal

Como nadie forjó la ideología de un pueblo.

Un pensamiento sólido, cuyo secreto, aun en medio de la Guerra Mediática y terrible, apoyada por el férreo bloqueo de la nación más poderosa de la  tierra, el gran enemigo del genero humano, como lo definió el Che: el imperialismo norteamericano, nos hace fuertes.

Ese secreto es la unidad, que nos ha permitido  desde las raíces de la nacionalidad y la lucha por la libertad,  andar hacia las conquistas soñadas a un pueblo batallador y amante de sus próceres.

Por eso hoy millones de persona en el planeta honran a Fidel.

Los niños con orgullo ciñen sus pañoletas más fuertes que siempre,  a su pecho.

El soldado empuña con más vigor el fusil, la mujer cubana es más entregada al bien que el le ofrendó, y la sonrisa y la ternura son más sensibles, el obrero y el campesino toman con mas decisión el martillo y el machete, y los jóvenes sueñan más y se entregan al futuro,  con nuevos renuevos de estudio y labor,  por una sociedad mejor.

Con esa hidalguía: Cuba continua y seguirá con la antorcha de Fidel por los caminos de mejoramiento económico, en un mundo muy difícil, donde el comunista, el revolucionario flamante del socialismo, como régimen demostrado de igualdad y  conciencia, que es el adecuado para las causas nobles como la que  hoy, en medio de una pandemia mundial viste miles de hombres y mujeres de batas blancas,  para esparcir por todo el mundo la semilla que Fidel sembró y seguía sembrando,  en los hijos de Cuba y del mundo de los pobres.

La semilla de la vida, el humanismo,  y el porvenir.

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