Las minindustrias, una opción para el aprovechamiento de las producciones locales, constituyen pieza clave en la economía de muchos territorios, sobre todo en la actualidad, cuando el ahorro y la eficiencia revisten especial significación.
Bajo las premisas de hacer más con menos y satisfacer necesidades básicas de la población, las estructuras económicastransitan el camino hacia una economía sostenible.
Esa es la motivación que impulsa al campesino Jorge Luis Ortega Mora, a esforzarse cada año a entregar más de 7 toneladas de frutas a la fábrica de mermeladas de Aserradero del municipio montañoso de Guamá en Santiago de Cuba, donde se procesan, envasan y se les ofrece un destino.
Sin embargo, cuando la fábrica está muy saturada, él salva la producción en la propia “Abundancia”, allá en las empinadas lomas de la Sierra Maestra por eso expresa que: “Cuando la fábrica de Aserradero está llena o tiene dificultades, yo proceso la fruta aquí, pues cuento con una máquina que muele 30 quintales en un día y hasta puede moler 40 con buena calidad, y es muy moderna. Hace muchos años que hago pulpa, conserva y acopio de todo y lo aporto con altos niveles de calidad ya que toda mi producción es ecológica.”
En la actualidad Jorge Luis cuenta con más de 100 quintales de mango para entregar y a finales de agosto vendrá la cosecha de la guayaba cotorrera, cuyo aporte siempre espera la población por la alta calidad que tienen estos productos.
Las minindustrias en Guamá se prueban en el contexto como un eslabón fundamental para mantener el equilibrio agroindustrial de cualquier sistema productivo; porque son capaces de procesar las pequeñas cantidades que una gran industria no puede permitirse, y de contar con la labor manual para sacar el máximo provecho a la materia prima disponible.