Pronúncianse por rescatar los camineros de montaña.

La Comisión Municipal del Plan Turquino en el municipio santiaguero de Guamá rindió informe de su accionar en las montañas de esta geografía perteneciente a la Sierra Maestra y entre los principales clamores de los que habitan estas inmediaciones figura la necesidad de que se reparen los caminos que conducen hasta las  comunidades cafetaleras y forestales que están en esa parte alta.

Gaspar Fabra Hopkins es quien dirige y atiende todas las actividades del programa del Plan Turquino en el territorio y  en su intervención en el Consejo de la Administración del Poder Popular, insistió en que se impone usar un presupuesto económico que permita rescatar los llamados «camineros de montañas», aquellos hombres que con pico, pala o barreta en manos se encargaban de mantener accesible el paso del transporte automotor hacia cada una de estas partes en donde  existen reservas de viandas y frutas que, de ser aprovechadas, pueden satisfacer las necesidades actuales de quienes la demandan y aclaman en la parte del litoral para su consumo personal.

 Agregaba el dirigente: «Cuánto pudiera ahorrarse en empleo de equipos pesados de reparación de viales si el caminero pudiera ir corrigiendo sistemáticamente aquellos arrastres de tierra y piedras que provocan las lluvias frecuentes, es una razón muy lógica que debemos tener en cuenta para justificar y validar que vuelva este hombre de nuevo a la pelea. La ayuda no sólo a él y su familia. Todos ganaríamos».

El Intendente del gobierno en Guamá, Ruber Nápoles Martínez, sugería que ante las insuficiencias actuales de fondos que permitan responder a estas necesidades es útil tomar como referencia lo realizado por cooperativistas de la CCS cafetalera de El Ramón cuando asumieron con mucha entrega y dedicación mejorar el acceso hacia la zona de Limoncito de Guamá, acción que le permitió crear las garantías para poder acceder a extraer de esas estribaciones todo cuanto pudiera tributar a mejorar el balance alimenticio de los pobladores de Chivirico y, excedentes que también enviaban hacia las ferias agropecuarias en la ciudad de Santiago de Cuba.

Lo cierto es que los llamados camineros resultan quienes gracias a sus acciones, es posible que los transportes de montañas puedan llevar las mercancías a cada unidad del comercio y en su retorno, previa coordinación, pueden regresar ocupando sus espacios con cultivos varios, frutas y otras producciones que satisfagan las exigencias en pos  de la soberanía alimentaria.

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