Cuba es un paraíso de frutas, aun con un clima muy seco, en los últimos años.
Si la provincia Ciego de Ávila es la reina de Las Piñas, y existe la tradición de los mangos de El Caney, con el municipio costero y montañoso de Guamá, hay que contar en relación a la cantidad y la calidad de los mangos de aquí, que no se compara con ningún sabor de otros de Cuba.
Esta fruta está a inicio de cosecha, y es la que aporta más dividendo al territorio por lo cual se trabaja para recoger la mayor cantidad posible, con destino a las industrias, al sector gastronómico y a las exportaciones en forma de rodajas o su mermelada.
En ese destino la UBE Alimentaria de Guamá es la que procesa en su fábrica, y las mini industrias instaladas a lo largo del territorio, el mayor porciento de la fruta, pues en algunos casos, se vende a otros municipios y provincias.
Al referirse a la producción de mermelada de la fábrica instalada en Aserradero, donde se procesan hasta 300 toneladas cada año, Osmaida Rodríguez Arias, directora de la empresa alimentaria, expresó que: “estamos procesando todo el mango que está en cosecha y asimilamos todo el que venga. Ya hemos producido miles de latas de mermeladas y en la última feria santiaguera, vendimos más de 8 mil unidades.”
Lo anterior presupone que se va cumpliendo el plan de producción y el destino del mango que se procesa, y que esta fruta que es fortaleza natural, también es una riqueza económica a la cual hay que seguir dándole atención para lograr cumplir el llamado realizado por la dirección del país, en pos de garantizar a soberanía alimentaría, y producir más para exportar.
Al efecto de garantizar que la cosecha del mango siga a buen paso se exige por la dirección política y de gobierno, que se cumplan las contrataciones realizadas a los productores, que las cajas para el envase del producto estén en tiempo, lugar y forma, que se recoja todo y tenga un destino productivo en beneficio de la población de Guamá.
Sin duda alguna, un gran reto, pero no imposible de alcanzar su meta.