La vergüenza y dignidad afloran de sobra en Santiago Díaz Prado, un pequeño agricultor de la zona de la Fortuna en el Consejo Popular de El Uvero, en este municipio santiaguero de Guamá quien labora la tierra con la filosofía de que aunque distante de su lugar de residencia, no constituye limitantes para sacarle todo el provecho si se le trabaja.
«Chago», como mejor se le conoce a este hombre de campo en Uvero, tiene que recorrer diariamente a pie o a caballo unos veinte kilómetros de distancia ida y vuelta desde su barrio de residencia en Buenos Aires hasta La Fortuna para atender el área productiva cuyo objeto social es de frutales pero aun así él tiene su compromiso también de entregar cultivos varios.
Para estos días de mayo, planteaba él, le han dado la bienvenida a muy gustosos aguaceros que tal si fuesen una bendición de la naturaleza vinieron a salvar todos los sembradíos que hicieron de maíz, amenazados por un gusano oportunista e invasor que ya copaba el follaje.
«Tengo sembrado plátano fruta, burro, vianda. Calabaza, maíz. Estoy muy comprometido en esta férrea batalla de contribuir con la soberanía alimentaria. Y aunque mis producciones no resultan de grandes proporciones, a ella se suman las de otros parceleros que dejaron sus empleos o centros laborales tradicionales en el llano y subieron a la montaña y ya se aprecian resultados».
Para llegar a la Fortuna hay que subir loma arriba desde las Bijas en la carretera y a unos diez kilómetros hacia las inmediaciones de esta parte de la Sierra Maestra existen excelentes tierras que ya dieron fé de que allí existen condiciones para obtener lo que se quiera. Referencias se tienen de lo que resultaron los célebres planes de producción de Malangas en la “Fortuna” y “La Campana” que durante los peores años de periodo especial en los noventa vinieron a salvar imperiosas necesidades a los vecinos de aquí.
Hoy, en circunstancias económicas parecidas a las del «periodo especial», apelar de nuevo en hacer producir todos los espacios posibles en estas intrincadas lomas, permitirán devolverle la tranquilidad a sus pobladores, concientes que en la actualidad se impone esta opción.
«Chago» goza de prestigio social y es de los intranquilo cuando de exigir se trata para defender causas colectivas.