Muchos dicen que el municipio santiaguero de Guamá fue el penúltimo en contar con un Círculo Infantil, pero la tardanza no ha mellado en lo absoluto los sentimientos que se han surgido, fortalecidos y aun se cosechan, en ese centro que tiene el hermoso nombre, de Sueños de Celia.
En esta institución al arribar el reciente lunes 10 de Abril al 62 aniversario de la creación por Fidel y Vilma Espín de este tipo de centros, se puso en marcha una fuerza femenina, que es la que prevalece aquí, con más del 98% de la fuerza laboral existente, junto a padres y educadoras, instructores de arte y en general, todos para preparar un digno homenaje a la fecha y en la cual, los niños fueron el objeto central de la actividad.
Esto se debe a la estrecha relación que existe entre el colectivo y la familia, tema sobre el cual la educadora Yaimara Guerra Martínez, con más de 10 años de experiencia expresó recientemente: “que decir de la familia, que hablar de ella, muy, muy preocupada, están en todo momento dirigiéndose al centro, nosotros trabajamos todos los meses la actividad conjunta, porque aquí no se desarrollan reuniones, se llaman actividad conjunta, y la familia está diariamente con nosotros y se preocupan muchos, damos las gracias a la familia por el trabajo que realizan para bien de los niños y de nuestro trabajo.”
Esas tiernas palabras representan el resultado de una tradición que surgió y y desarrolló, pero que aún pervive, desde la fundación de este Círculo que por dignificar el nombre de la heroína de la sierra y el llano: Celia Sánchez Manduley, no puede representar otra cosa que no sea el amor del colectivo que ha sabido sembrar una relación muy reconocida por todos y que como resultado ha permitido lograr un sólido trabajo entre la familia y este colectivo caracterizado por el profesionalismo y el amor por las Almendritas y Pulgarcitos, de este hermoso jardín humano.
Cada 10 de Abril se celebrará una fecha que demuestra la obra de la Revolución y la preocupación por la atención a los niños pequeños con el objetivo de permitir el acceso al trabajo de cientos de madres, que como estas que trabajan en el Sueños de Celia, son parte de una Revolución, dentro de la propia Revolución.