Aquellos que conocen el valor de lo que la tierra produce y en especial, quienes se dedican a la producción agropecuaria, saben lo que significa un día de celebración, para aquellos que garantizan gran pate de la alimentación de la población.
Generalmente cuando se habla de producción agropecuaria, se piensa en Cuba en el campesino, el cual en municipios montañosos como Guamá, aporta más del 75% de todo lo que de la tierra se extrae, fruto de las manos de hombres y mujeres dedicados a una dura faena, sin embargo, existe un porciento de cubanos que no son campesinos y su obra productiva merece un elogio: son los trabajadores agropecuarios, los cuales, cada 3 de Octubre, celebran la jornada que los identifica: El Día del trabajador agropecuario.
Ese colectivo, cuyos miembros, una parte trabaja en las formas de producción estatal de viandas, carne, vegetales, frutas, recursos forestales y otros, han dedicado su vida a la hermosa tarea de crear alimentos con el arte de su esfuerzo, la perseverancia y ante todo, la reciliencia ante un clima, cada día más adverso.
El sol que abraza al medio día, es su mejor amigo y la lluvia, su esporádica visitante, por ello, su labor se hace más difícil, pero imprescindible.
Por ello, en el marco de esa fecha, próximo a celebrarse, se preparan las condiciones para que Guamá rinda tributo a esos que desde adolescentes, tomaron un machete, el pico o el azadón, para darle a la tierra la belleza del sembrado, o recoger la cosecha.
Serán estimulados los mejores trabajadores, aquellos que peinan canas en el sector con muchos años de servicios y los que ya jubilados, antes ocuparon un espacio de primera línea, en su vínculo con la actividad agrícola.
Esa celebración será especial, puesto que se viven días difíciles, donde el pueblo debe recibir alimentos y faltan los fertilizantes para que la tierra recupere los nutrientes y produzca más, también las plagas se hacen más dañinas, porque no se puede acceder a la compra de controles sobre estas, producto al bloqueo económico que Estado Unidos de forma injustificada e inhumana, aplica a Cuba.
No obstante el trabajador agropecuario no solo se curte al sol en el surco, sino también en el espíritu de sacrificio y abnegación, ante la necesidad de alimentar y servir a su pueblo.
Por eso este 3 de octubre, festejará su día con la alegría de hoy y esperanza del mañana.