La cosecha cafetalera 2023-2024 está a las puertas y los productores dan los últimos retoques, cuando ha pasado una temporada de tres meses, desde la última.
Una vieja frase encierra, que la cosecha posterior inicia cuando termina la que antecede, y esa experiencia en Guamá, se aplica con el verdadero conocimiento de causa, por ello aquellos que se dedican a la actividad cafetalera, respetan la tradición.
Ya en este municipio serrano de Guamá atendiendo a ese precepto, arrecian la atenciones culturales como el deshije, la regulación de sombras, la limpias ante la cosecha y se eliminan las plantas indeseables y vejucos, que afectan los cafetos, pues en Junio llovió mucho y tomaron fuerza, provocando lentitud en la limpia en algunos casos.
La garantía de las fuerzas internas, es la tarea principal ahora, para quienes aspiran aprovechar el tiempo y las fuerzas recolectoras, motivadas por mejores pagos.
En medio de estos preparativos los especialistas y directivos de la unidad cafetalera, visitan los productores, recorren los cafetales y verifican que el beneficio a las plantaciones, se haya dado bien, y que en los casos en que no sea así, se corrijan los errores.
El objetivo de esta cosecha es que haya mayor eficiencia, por ello también se trabaja en la garantía del transporte, principalmente en aquellas zonas, en que los carros no llegan y los mulos suplen ese déficit.
“Estamos trabajando muy fuerte para que los productores hagan todo lo posible para que el café salga con la calidad requerida. Ese es un objetivo principal, porque cada grano de primera calidad, es destinado a la exportación”
Ese deseo plasmado en las palabras de Alfredo Sardina Domínguez, quien dirige la planta de procesamiento de café de la zona de Madrugón, la que más produce en este municipio santiaguero, es el que se manifiesta en todos aquellos que ponen su vista en una buena cosecha cuando de la actuación del hombre se trata, ya que la naturaleza pone también de su parte y en muchos ocasiones, al llover mucho enrojecen los granos, creando picos de maduración, que dañan la recogida por el mismo peligro de esas lluvias, y en otros caso los fuertes vientos, también afectan, no solo la caída de los granos, sino los cajos de los cafetos.
De todas maneras, el objetivo de todos es luchar por que esta campaña sea eficiente a la altura de las necesidades del territorio, y para cumplir ese empeño, trabajan con esmerado esfuerzo.