El cocotero es la planta más diseminada por el mundo.
Su gran resistencia para permanecer meses por las aguas saladas, calientes o frías y alto poder germinación, le ha permitido que navegue por mares y océanos el arrastre de los ríosplagando las costas, aunque también nace en las montañas.
Así se formaron los cocales en el segundo municipio más largo de Cuba: Guamá con sus 157km de longitud, cuya extensión facilitó desde tiempos remotos, que sugieran en sus costas varios cocales en las zonas de El Macío, El Macho, La Plata, Calentura, Chivirico, Palo Gordo, Rio Seco y Aserradero.
El producto del cocotero, está ligado a las tradiciones de la población campesina que lo utiliza como alimento tomando su sabrosa agua, comiendo su masa o usándola para hacer el famoso turrón, pero de él, se saca también aceite, la llamada leche para remedios caseros y es muy utilizado como alimentos para cerdos y aves.
Es una potencialidad que se explota en Guamá y Rogelio Mora Mora, trabajador de una brigada de la Empresa Agroforestal de este territorio lo sabe, por ello explica que: “siempre pongo empeño para que los viveros estén bien, aquí en Río Seco tenemos coco de todo tipo y los plantamos hasta que está en etapa de trasplante, es una planta muy agradecida a la atenciones y muy fuerte, pero al igual que el resto, hay que atenderlas bien. Es una necesidad que rescatemos el coco por su utilidad”.
Está consiente Rogelio de que ese producto tan útil al que el hombre le ha ido arrebatando su hábitat por diferentes causas, ahora tenga la posibilidad de extenderse como en tiempos antaño y como una de los programas de desarrollo locales, pues el coco se siembra, cultiva, se compra y se vende y con él, va un producto de variados usos que hoy estratégicamente, se debe preservar y difundir.