Las cebollas no hacen llorar cuando aportan al plato criollo y producen finanzas para el mejoramiento de la actividad agropecuaria de los productores.
Ese es el secreto, de quienes ahora en el Consejo Popular de Madrugón del municipio santiaguero de Guamá, se dedican al cultivo de esa planta
En esa zona aluvial varios productores desarrollan la actividad, favorecidos por las condiciones naturales, el valor de la cebolla, por ser necesario en la cocina de una población de raíces campesinas que usa diversos condimentos y ante todo, que gusta ponerle buena sazón a los alimentos.
“Hay que seguir trabajando y sellar todos los posible espacios vacíos, necesitamos que se produzca más y que bajen los precios, pues el estado le entrega la tierra, para que produzcan, pero de manera asequible para una población muy humilde y necesitada de recurso, aún más cuando el país está toralmente bloqueado por los Estados Unidos y no puede entrar prácticamente nada”
Esas fueron las palabras de Beatriz Johnson Urrutia, Miembro del Consejo de Estado de la República de Cuba, del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Primera Secretaria de ese órgano en la provincia Santiaguera durante una visita reciente al territorio.
Madrugón es una zona aluvial, habitada en las laderas de la cadena montañosa y en la base, por pobladores que se dedican a la producción de vegetales como cebolla, tomate, berenjena, ají en sus diversas variedades y frijol, entre otros, además de sembrar viandas como la yuca y el plátano.
Es una potencialidad que en estos meses está en su mayor esplendor, cuando se han plantado varias hectáreas de cebolla, lo que mejora en gran medida el sabor de la comida criolla en Guamá y Santiago de Cuba, pues la Cooperativa de Créditos y Servicios Emiliano Reyes, instalada en esa geografía, tributa más del 80 poniendo de sus producciones a mercados situados en la provincia.