“El Octubre, que cambió al mundo.”

En octubre de 1917, hace cien años, la Rusia zarista se convirtió en el lugar del mundo que más revivió los sueños de igualdad y justicia de la humanidad. Luego de muchos años de labor revolucionaria en la intensa búsqueda de la preparación ideológica del Proletariado Ruso y los campesinos, bajo la égida del Marxismo-Leninismo, como teoría que encausó la lucha de la clase obrera por la libertad social, en medio de la guerra imperialista, se consumó la victoria y se derribó el Régimen Zarista,  instaurándose así la Dictadura del proletariado consumándose el primer país socialista del mundo, por el carácter que implicó, aquella revolución.

El gran privilegio de aquella gesta que hoy se celebra el 7 de noviembre, por haberse cambiado en calendario ruso, radica en su gran importancia. La Revolución Socialista de Octubre marcó el inicio de la Época Contemporánea y dividió al mundo en dos sistemas opuestos, el Socialismo y el Capitalismo. Marcó el inicio de la desintegración del sistema colonial del imperialismo. Significó el auge del Movimiento Obrero Internacional y de los Movimientos de Liberación Nacional paulatinamente, en casi todo el mundo. Fue un duro golpe que aceleró la Crisis General del Capitalismo.

Impulsó el desarrollo de la Teoría Marxista Leninista y el surgimiento de Partidos Comunistas en todos los continentes se demostró la Teoría de la Revoluciones Sociales que induce que estas, no solo se dan en las naciones donde han madurado las contracciones de clase en los países más desarrollados, sino además, la teoría Leninista de que dichas revoluciones se pueden desarrollar también en el eslabón más débil de la cadena de países imperialista, que fue la demostración de aquella misma revolución. La figura de Lenin se elevó al universo, al dirigir la edificación del Primer Estado Socialista y Obrero del mundo, que significo un eterno ejemplo para la humanidad.

Cuba recibió esa influencia al unirse a la Tercera Internacional Comunista como entidad aglutinadora de las Fuerzas Revolucionarias del mundo y en 1925 se fundó por Julio Antonio Mella ,Carlos Baliño y otros compañeros, nuestro primer partido , raíces del actual órgano político de los cubanos. A pesar de los cien años pasados desde aquella proeza y de haberse derrumbado la URSS, que unificaba 15 repúblicas unidas por los soviets, y haberse traicionado en casi todos aquellos países, y los que conformaban el Bloque Socialista de Europa y Asia, las idea socialistas por la que lucho Lenin y sus seguidores.

Aprendimos que la lucha de clases, consumada en la lucha armada, es el motor impulsor del desarrollo social, y la vía para alcanzar el triunfo, frente al viejo capitalismo, aun fuerte y mañoso. Las enseñanzas de que la unidad del proletariado junto al campesino es un camino para lograr la consolidación de la Revolución, es cierta, y en Cuba se ha demostrado, por ser las clases más revolucionaria de la sociedad y portadora de los sustanciales cambios y transformaciones que se operan en el Régimen Socialista, como unificador de los sueños verdaderos de la justicia.

Fidel junto a su pueblo y ahora Raúl, al frente al partido siguen el ejemplo de aquella Revolución, que nos legó la luz para seguir adelante, y comprendimos, que el imperialismo como dijo el Che, es “el gran enemigo del género humano” por la explotación extrema y las consecuencias, que para la humanidad, el mismo representa. Luchar contra ese imperio, donde quiera que nos encontremos, será un justo homenaje a quienes desde más de 9550 kilómetros, marcaron parte del camino hacia la libertad y la unidad de los pueblos, en un sueño común: un mundo mejor , que es posible, como lo afirmara nuestro Fidel.

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