Te despediste en un día memorable: el mismo día en que subiste al yate Granma desde Tuxpan, México, en azaroso viaje libertario a la isla surcando los mares de esperanzas.
Ningún cubano podría imaginarse la noticia. Nadie podía creer que nos sorprendería. Yo ya dormía cuando sonó el teléfono y la voz de un amigo anunció: ha muerto Fidel.
Toda la familia se unió al dolor, velozmente buscamos ratificar la información que tanto desasosiego había provocado, efectivamente había muerto Fidel Castro.
Murió Fidel el hombre, el gigante de las mil batallas, el que tendió las manos a los pobres, enarboló sin fronteras el internacionalismo, sembró la dignidad, el valor y el coraje entre los cubanos.
No escapan de mi mente, las veces que como estudiante de la Ciudad Escolar 26 de Julio serví de guía del museo para él. Momentos que llevo y llevaré siempre en el corazón.
Mas, mis palabras no son de dolor, hoy es 14 de agosto del 2018, solo 24 horas nos separan de la jornada dedicada a celebrar el cumpleaños 92 de Fidel. En cada rincón de esta isla te recordamos como el gigante que se abrió paso en las extensas llanuras, donde habló con el obrero, con el intelectual, con el pueblo, donde aglutinó voluntades para transformar este país lleno de historia.
Hoy el pueblo te recuerda, ese mismo pueblo preparado para resistir, avanzar e incluso para ofrendar su vida por la Revolución pues como dijera el autor intelectual del Asalto al Cuartel Moncada, José Martí: La muerte no es verdad si se ha cumplido bien la obra de la vida.