UNA POTENCIALIDAD SIN EXPLOTAR EN GUAMÁ, LOS FORTINES COMO PARTE DEL PATRIMONIO.

Un joven santiaguero visitó recientemente este municipio de Guamá, para obtener evidencias de lo que hasta el momento le referían verbalmente: “Que en este territorio existen ruinas de fortines españoles que pueden tributar a los intereses culturales de aquellos visitantes cubanos y  extranjeros, que desean conocer sobre la arquitectura militar que usó la soldadesca de la metrópoli España, para custodiar la costa santiaguera cuando Cuba era una de sus colonias”.

Rodolfo Tamayo Castellano, el cual ha expuesto interesantes ponencias en eventos relacionados con el patrimonio cultural, específicamente referido al de las fortificaciones españolas, me solicitó como conocedor de la zona y periodista, le acompañara personalmente en un recorrido que le pusiera al descubierto los lugares donde están ubicados los más cercanos a Chivirico, cabecera municipal de Guamá.

Cuando le mostré el que está ubicado detrás del Hotel Los Galeones, a unos metros de la Playa, se quedó perplejo en ver que, entre sus ruinas, aún se pueden ver con claridad las “pilleras” que usaban los soldados españoles para hacer sus disparos, lo que, de acuerdo a la cantidad de aberturas, se puede sacar como conclusión que lo custodiaban veinte y cinco soldados como promedio.

En la entrevista que le hice para la emisora Radio Coral en el mismo lugar histórico, no escapó de la emoción en hacer sugerencias a las autoridades del gobierno y de cultura en la zona, en aprovechar estas potencialidades que recogen el testimonio material de una época que debe conocer las actuales generaciones.

Rodolfo trabaja en ediciones Caserón de Santiago de Cuba y manifestó que en una investigación que se hizo en el año 2015, cuando se les preguntaba a los visitantes extranjeros las diferentes razones por la cual venían a este país como turistas, la primera era conocer su historia, su gente, sus playas y atractivos naturales, figuraba en la cuarta opción. No es despreciable ese resultado para concluir lo útil que resultaría darle un mayor tratamiento a los fortines en este municipio

Le mostré además al joven, el mirador que usaban los españoles en Cayo Damas de Chivirico, uno pequeño que visualizaba al Caribe, el que les avizoraba del paso de las embarcaciones por la zona, es hoy atractivo preferentemente para jóvenes de esta localidad, que han convertido en lugar, de citas amorosas este pequeño pedazo de tierra en medio del mar, y actividades recreativas y culturales que atraen a no pocos al convite.

El lugar desde donde se puede apreciar la elegancia y atractivos naturales en Cayo Damas de Chivirico, es insuperable, he aquí la vista desde la propia altura donde está el fortín mirador, pues, dadas sus características, éste no sirvió nunca como fuerte, sino como un simple mirador.

El visitante santiaguero quedó mucho más entusiasmado cuando le mostré el Fortín de Bayamitas, una obra protectora española que no tenía puerta alguna, unos casi seis metros de altura, que dejaban a las claras la información que para poder entrar a éste, se usaban escaleras con sogas que los soldados recogían una vez penetrados en ellos.

Llegamos luego al Fortín ubicado en la misma altura de la Loma del Papayo. Aquí pudimos apreciar con mayor certeza la calidad conque los españoles concebían estas obras ingenieras. Las pilleras estaban recubiertas por un estuque o fino de cemento, que alisaba muy bien estos puntos de “mira y protección militar”.  Les mostramos a ustedes a través de esta instantánea fotográfica la afirmación.

Y  así las cosas, como sentenciaba un colega periodista cuando recreaba una historia, sirva este reportaje como una motivación a visitar estas instalaciones que constituyen patrimonio cultural en Guamá. Una preocupación le embarga al investigador. Este estuvo en Aserradero en donde en uno de los fortines españoles de la época, estuvo durante varias horas el cadáver del padre de la patria Carlos Manuel de Céspedes, luego de su muerte. Sugiere Rodolfo Tamayo Castellanos, se protejan ante el deterioro y el olvido a que se ven sometidos, porque en realidad sobran razones.

Y como este trabajo lo hago en primera persona, quiero dejar constancia de que también disfruté de estas obras patrimoniales.

 

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