Iván López Mendoza, es uno de los tenedores de animales ovino-caprino en el municipio santiaguero de Guamá que ha desafiado todas las amenazas que se resisten a que haya resultados en la producción de carne pero, su voluntad se impone.
Emprendió por cuenta propia la crianza de ovejos y chivos en una porción de finca agropecuaria ubicada en El Maso. “Yo cogí mi cochecito e iba a la playa a vender Cocos y hortaliza e hice mi fondo y compré cabras. Empecé con nueve cabras y un semental y tuve de inmediato resultados positivos porque cada una parió dos veces en el año como promedio dos cabritos. El único enemigo que enfrentamos es la enorme cantidad de perros jibaros que bajan de las montañas y nos producen serias bajas en nuestros animales.” Así expresó este productor.
Y aunque las producciones de leche de cabra no son suficientes, al menos le permite satisfacer la demanda de niños y ancianos cercanos a su finca y vaticina alcanzar resultados alentadores aún y cuando no abandona la cría vacuna como otra opción.
El pequeño agricultor con experiencia en la actividad pecuaria sugiere aglutinar en una asociación a todos los tenedores de animales ovino-caprino guamenses y promover juntos la masificación de alternativas en el empleo de medicinas tradicionales para mantener saludable el ganado.
Guamá es el municipio santiaguero con mayor cantidad de ovino-caprino, el cual resulta más resistente a las difíciles condiciones montañosas de aquí. Promover voluntades a la tenencia de estos animales es sin lugar a dudas un paso más hacia la soberanía alimentaria.