A Joaquín Ángel Palau Suárez, quien es el trabajador por cuenta propia más veterano en el municipio santiaguero de Guamá le distinguen varias virtudes en su útil oficio de confeccionar y comercializar zapatos tanto para hombres como para mujeres. A «Palau», como le conocen mejor a este carismático y emprendedor «catrero», tal si hubiese estudiado a fondo los principios básicos que rigen el marketing, se las ingenia para motivar a sus clientes empleando los más disimiles resortes que hacen embullar a que le adquieran una de sus ofertas.
Palau sabe los precios de las mercancías en cada zona de Cuba, qué tipo de materiales emplean, cuáles son más duraderos. En fin, siempre él ayuda al cliente. «Mi trabajo es usted» «Le doy las garantías que pida”.
Jocosamente le inquirí para que me respondiera la pregunta de por qué si es santiaguero de pura cepa, se ha mantenido más de vente y cinco años viajando desde la ciudad hasta Chivirico para mantener su pequeño «negocio» de venta en un pueblo que muchos dicen no tiene vida.
Me dijo: Pregúntale a la cantidad de extranjeros que vienen a Chivirico desde ciudades populosas y ricas y permanecen largas temporadas por acá. Es la gente de aquí compay. Gente sana y alegre.
Sirva esta referencia como un reconocimiento a la permanencia y constancia de Palau en la actividad por cuenta propia. Su primera formación laboral fue como cuadro directivo pero manifiestó que la propia dinámica de la vida lo condujo hasta el oficio de elaborador de zapatos.