No existe otra obra más bella que la de educar.

Cuánta emoción debe sentir un padre cuando sabe que a su hijo le están proporcionando las herramientas básicas para emprender el largo camino de la vida y asumir ser un hombre de bien. En una pequeña escuelita en medio de las montañas de la Sierra Maestra en El Macío Arriba, nombrada“Menelao Mora Morales”se aprecia la disciplina y la formación que van adquiriendo los nueve niños que allí asisten a recibir la enseñanza primaria.

Esa es la obra de la maestra Daysi Granado Matamoros, quien con más de cuarenta años de entrega al magisterio goza de prestigio y autoridad moral por tamaña entrega incondicional a la tarea. Junto a Daysi, también impartiendo clases una nueva maestra en formación, la jovencita Geysis Cervantes Ortega quien resultó alumna de ella cuando pequeñita y hoy reconoce que como Daysi no hay otra. Ella es un paradigma de consagración y permanencia en su trabajo.

Es toda una estratega en bajo un mismo techo, donde coinciden niños de diferentes grados de escolaridad, lo que se conoce en Cuba como el multígrado, impartir las clases y poder romper con las llamadas barreras psicológicas que imponen las circunstancias de compartir todos un mismo espacio y recibir materias educacionales de diferentes niveles.

Eso da tranquilidad espiritual, eso estimula a que haya mayor disposición para continuar la lucha porque se confía en que la continuidad está asegurada.
Ya está casi al jubilarse y alberga la esperanza que antes que lo haga, le realicen a su escuelita una mejora integral de la estructura del inmueble, que gracias al bloque al que estamos sometidos por el gobierno de los Estados Unidos no se ha podido efectuar.

 40 años han transcurrido desde que Daysi se graduó y ha valido su dedicación. Gracias maestra.

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